¿Por que alguien va? ¿quien va de aquí a allá viaja?
Un día sin esperanza decidí ir de aquí (que era Paris, Francia) a allá (Lyon, Francia), la biblioteca de Alexandria moderna (específicamente la sección google maps) me había dicho que eran Aprox 460km, 60km mas que de Veracruz a la ciudad de México. Días después del día sin esperanza estaba decidido. Si, así la esperanza moriría y lo colmaría con lo no común, lo no optado por nadie comúnmente, con libertad de soledad y la libertad de ir con el unicornio azul, que es mi bicicleta, una peugeot azul celeste de los años 70s, café el asiento, llantas color hueso, esas bicis en las que tienes que ir acostado. Evidentemente le tengo cariño, ¡que si le tengo!, y no por el tiempo, si no los momentos.
Lo único importante saber anterior a la partida, es que quise saber antes de partir si era posible que el unicornio azul celeste de los años 70s lo lograría, y la lleve con una experta en bicis; lo único de dijo fue, (si no estoy transformando un poco el recuerdo, seguramente si): “no hay nada que hacer, tal vez si pueda o tal vez no, solo haciéndolo sabrás si pueda”.
Día 1
A las 8:30 de un día salí de Paris por el sureste bordeando el bosque de Vincennes (siempre me sonó como a bosque de Vicente) con una mochila en la espalda con un peso importante, incalculado e inesperado.
Puedo resumir con bosques y lechuzas, pequeños pueblos, cero zonas rurales, monocultivo, horizontes imponentes, cabeza suelta.
Antes de medio día, la mitad de mi cuerpo estaba llena de lodo, como el unicornio peugeot azul, y sin saberlo, su cambio de velocidades estaba roto por un camino con lodo abundante que se me atravesó en el mapa. Alejandría se había equivocado, o no mas bien empíricamente estaba descubriendo que google maps da un camino, pero no conoce los caminos, de cualquier forma, es eficaz (a partir de ahí comencé a seguir el camino de autos, sin autopistas).
Claro que tenia una caja con herramientas (escazas) en mi mochila de peso importante, para ese preciso caso, pero la caja no le daba a mi cabeza la solución o el saber de lo que ni podía ver, solo andaba y luego la cadena no empujaba mas, y después si y después no y no avanzaba o avanzaba intermitentemente.
Fue después de una hora pienso de intermitente avance y angustia montando en algún pequeño camino de Orleans, Chrys desacelera su coche, me alcanza y me pregunta si me esta llevando la chingada, según mi traducción. El dijo: “¿Tu es en galère?”. Chrys trepo a mi bici y a mi en su coche, Chrys reparo mi bicicleta, su hermano me invito un porrito y su madre era verdaderamente amena, con su platica. Chrys me dio techo esa noche, era viernes, sus amigos fueron a verlo, preparo la cena, platicamos, fumamos mota, Chrys preparo donde dormiría. Desperté tome un regaderazo, ducha, desperté con agua, Chrys preparo el desayuno me avanzo 11 km; ni los 40 euros quisiste tomar, prometo tampoco tomárselos a nadie en igual cazo, gracias por enseñarme como mi buen Chrys.
Día 2
Horizontes con castillos, horizontes planos, con arboles, con frio y calor, con cemento, con agua, con gente, sin gente por horas, me dolía el culo, si la velocidad llegaba era acompañada con un post esfuerzo inminente de subida, progresivamente mas pesada según el día corría.
No vi que la noche llego y que yo aún no a mi destino, dedo arriba, empatía, noche, suerte, bondad, humanidad, el señor del camión de frutas y verduras me avanzo 30km, mil gracias, pedalee 16km con un manto envolvente de estrellas y una mancha de luz sobre el camino que adornaba inútilmente, linda foto mental.
Día 3
El cuerpo realiza y se habitúa, se esfuerza y se fatiga, y el dolor ese también del esfuerzo no habitual, en fin, el culo dolía un poco mas, dolores sin importancia, bosques con niebla y después vi a las montañas del sur venir hacia mi de a poco, de más en más cada vez. Cuando de repente no se si del este o el oeste (antes de las montañas del sur esas que rodean a Lyon) una mancha gris cargada de agua decide ir igualmente hacia mi. A 80km de Lyon tenia que llegar y sobre las autopistas parece ir uno mas recto, tome a la A6, la lluvia me alcanzo y las montañas no, solo quería que una de las dos me alcanzara.
Hasta que gano y ganamos, transformado en sopa por la lluvia, la mochila de peso importante se hizo notar, tanto como la falta de frenos (cosa de fricción), ganamos, ganaba pedaleando y mientras ganaba y pedaleaba la decisión fue tomada.
Salí de la autopista fui hacia Macon y así envueltos en agua todos, nos encontramos en una estación de tren, Macon se quedo, y así fue como el unicornio azul, con llantas color hueso y yo, sobre un tren corrimos sin correr hacia las montañas y llegamos y ganamos mucho mas que el buen placer de ir de un lugar al otro.