top of page

Una historia.

La historia detrás del PCT



Siempre he pensado que hay algo que sucede con nuestras vidas al terminar una película. Hay algo que se queda en nuestras memorias, que va germinando poco a poco y lentamente, hasta que un día esa semilla se fusiona con la realidad.


Eso fue lo que paso conmigo.


La película de Alma salvaje, durante muchos años fue germinando esa semilla.

En esos años, cuando la película llegaba a todas las salas de los cines, yo estaba dando mis primeros pasos por una superficie rocosa; El cerro del muerto.

Una zona natural muy conocida en mi ciudad, el ícono natural de esa pequeña ciudad llamada Aguascalientes, donde nací y crecí.

Fueron muchos los motivos que me fueron llevando poco a poco hacia esa zona natural.


Los primeros motivos eran sin más, porque mi madre me llevaba. Mi hermana más grande y mi madre, estaban obsesionadas con el ejercicio, tomaban cada domingo una combi (el transporte colectivo) y se iban a quemar calorías.

A veces, cuando ellas querían me llevaban.

Aunque tengo pocas imágenes en mi memoria sobre lo que ocurrió, siempre he sentido que siempre fui feliz yendo los domingos a disfrutar de los cielos abiertos.


Algunas veces escuche decir a mi madre, ¡ay esa niña!, ¡mira pero sube corriendo y no se cansa!.


Y gracias a eso, mi madre y mi hermana, me llevaban más y más veces, hasta que se convirtió en uno de los paseos familias más comunes.


Empezamos a planear las visitas al cerro, llevábamos comida y algunas veces a Chumy, mi primer perro. Un Cocker negro con el pecho blanco que mi padre también rescato en una carretera hacia su trabajo.


Después, emprendimos otras pequeñas exploraciones con mi padre, mi madre y mi hermana Cath.

No íbamos lejos, íbamos de camino en la carretera y parábamos en algún punto donde hubiera un hueco y estacionar el auto. Llevábamos una hamaca o una llanta que mi padre convertía en hamaca, sillas, sandwiches, coca cola, papas, y un garrafón de agua. Nos quedamos a contemplar del día por ahí en extraños lugares sin nombres.


Después esos viajes comenzaron a ser más y más lejos y más planificados.


Mi madre generalmente planeaba viajes a cascadas o ríos, el poder del agua siempre fue muy importante para ella. Me imagino que sentía un poder de liberación.


Los viajes comenzaron a ser a algunas cascadas en Calvillo, un pequeño pueblo a 30 min de mi ciudad, o a pequeños ríos que mi hermano , el mayor, ya había explorado anteriormente.

Mi madre comenzaba a invitar a familiares y amigos, y de pronto todo eso se iba haciendo más grande y en comunidad.

Después de años, esos viajes se hacían menos pero más grandes, comenzábamos a ir a la playa y a otros estados de la república.


Recuerdo que viajamos a Michoacan en el volkswagen negro de mi padre. Se nos descompuso en pleno camino y fue toda una aventura poder llegar al destino.

No lo sabía en ese momento, pero ahora, todas esas aventuras, forman parte de mis primeros paisajes.



Y es así, cómo aquella película y esas primeros paisajes me extendieron la mano para poder construir un camino dentro de -toda esa vida que tenemos que vivir- (trabajo, escuela, responsabilidades, burocracia, quehaceres, horarios) y eso que ya sabes.


Y dentro de esa camino, elegí viajar y después vino la montaña.


Mis primeros viajes en solitario fueron a mis 18 años.

El primer viaje que hice lo hice sola, sí, sin el Paco y fue a Cancún. Ahora que lo sabes ignóralo, a veces elegimos mal y no pasa nada. No me arrepiento pero no lo volvería a elegir como el primer viaje.

No me gustó la experiencia, no me gusto ver Cancún tan explotado por intereses internacionales y tampoco me gusto la experiencia de viajar sin paco.

Entonces a partir de ahí todo ocurrió.

Entendí que mis viajes debían ser sencillos y con Paco. Primero comenzamos a ir hacia montañas cercanas.

Obviamente la primera aventura solos, fue el cerro del muerto, después la sierra fría, despues la sierra del laurel, después sayulita, después guadalajara, CDMX, Mazamitla, león, Zacatecas, y entre otros destinos cercanos a mí.


Hasta que pasamos de viajes por carretera a viajes transatlánticos, y fue hacia Santiago de Compostela en España.

Y con ello, fue un nuevo comienzo hacia todo lo demás.

Entendí que quería crear una vida sencilla y de presencia. Ya no quería darle la vuelta la mundo, si no crear un mundo donde vivir no me fuera tan complicado y con el camino de Santiago lo creí posible.


Volví de España con una idea.

Conocer menos y contar más historias.


Y encontré una forma de hacerlo. A través de los senderos, a través de dormir debajo de los árboles, cenar a noche abierta, que los encuentros sean con animales, que los detalles sean bichos, estrellas, plantas salvajes, la montaña como el destino y los pulmones un nuevo corazón.


Encontré una forma más habitable de vivir esta vida, gracias a la montaña y ahora, también con la escritura.

Solté la idea de los viajes de siempre, llenos de récords, listas por hacer y ansiedad por cumplirlos.

En la montaña no siento ninguna necesidad por llegar. Ni la necesidad de mostrar algo que no soy. La montaña nos conoce, sabe quiénes somos.

Y aunque desde hace 2 años, vivo en una isla, y aparentemente las montañas están lejos del mar.

Me consuela la parte de Rachel Carson que dice: “esta corteza, al acomodarse a la esfera que dentro de ella se encogía, se fue hundiendo en unos sitios y elevándose en otros, y así se formaron pliegues y arrugas, y así surgieron las primeras cordilleras y montañas de la tierra”

Vivo al lado de un Golfo y un océano, cerca de lo que creó las primeras montañas en la tierra.

Y ahora me siento cerca, tan cerca de ese inicio.


Y mientras todo esto sucedía, la película de alma salvaje, comenzó un idea que ahora empecé a vivir.


Y el Camino del Pacifico, significa tocar un sueño de esa primera vida, pasar en cámara rápida todo lo que me trajo hasta aquí.

Hasta estos últimos días antes de llegar a esa aventura que comenzó hace unos años y hasta hoy a llegado a mis pies. Una aventura que no sé cuantos días dure o cuántos km se puedan lograr y si fue como lo soñé.

Pero que la abrazo y la valoro por todo lo que fue construyendo dentro de mí durante todos estos años.


Y es solo un pequeño, quizá un primer paso de todo lo que viene o quizá el ultimo. Pero es especial y por eso te lo cuento, te lo comparto y te lo dejo aquí.

Puedes hacer lo que quieras con esta historia que te cuento. Pero ojalá, también te lleve a alguna montaña y puedas ser cómplice de lo que te digo.


You Might Also Like:
bottom of page