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Día 5:La voz bajita


He notado algo nuevo en mí, quizá no es nuevo pero ahora soy consciente de ello.

Mi intuición, aquella voz pequeñita, muy bajita que habita en mi semilla y forma parte de las otras mujeres que soy. La mujer salvaje, la que sabe, la huesera, como lo dice Clarissa Pinkola.

Recuerdan que hace unos días escribí sobre “confiar más en mí”, porque me hacía falta, porque necesitaba sentir mi apoyo, porque antes no lo hacía. Cada proyecto lo dejaba a medias porque me creía incapaz y la única cosa que pasaba, era que no escuchaba a esa voz bajita que muchas mujeres la conocen como la intuición. Y no digo que ahora pueda escucharla todo el tiempo, (aunque me encantaría) pero intento bajar mi voz, intento que los demás órganos se queden callados para escucharla, cuando la escucho me sigo cuestionando si en realidad está diciendo algo coherente y solo recuerdo un poco el pasado y vienen a mí las miles de veces que ella me intento hablar y no escuche y las otras cientos que le hice caso y me sentí mejor. “Descubridora de mentiras” el nombre que hace mucho tiempo yo misma le puse, ahora que mi vida está más mía y más en calma, solo le llamo intuición, ese cambio de nombre, también es gracias a ella porque logre dejar atrás a quienes eran sus autores, “relaciones” “encuentros tóxicos” y muy desafortunados romances. Ahora me siento ya del otro lado.

En ese lado en donde, me quiero más fuerte, más libre, más sin penas, más sin frio, más salvaje, más curiosa, más exploradora, más capaz, más con mi tiempo, más con mis propios sueños y no los de los demás, más mía, más pensando en mí, más consiente de mí y no en el exterior.

De ese lado me siento, en donde puedo amar libremente y sin complejos. Me siento más del lado salvaje y libre de la vida.

¿Y paco? Paco ya estaba de ese lado esperándome, el desde siempre ha estado ahí, mirándome fijamente hasta que me diera cuenta, regalándome espacio y tiempo.

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