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Día 6: Las preguntas

A diferencia de ayer y de cada día que pasa, me estoy dando cuenta que me cuestiono más las cosas que hago y creo que una de las principales razones por las cuales lo hago es porque quiero ser cada día mas consiente con lo que realmente quiero.

Por impulso he hecho miles de cosas y por impulso podría seguir viviendo una vida entera, pero me he dado cuenta que los buenos límites son importantes, esto me ha llevado a seguir viva, y gracias a eso, puedo controlar mi ansiedad.

Muchos días funciono por impulso, pero en estos días, en donde he guardado más silencio y he encontrado la forma de escuchar más seguido a esa voz bajita “esa voz mitológica” que es la intuición, me he percatado que necesito cosas muy básicas y muy diferentes a las que tengo ahora.

La comida, los días de ducha, la ropa, los “tengo que” mucho más de los “quiero que” están disminuyendo.

Hoy me proponían hacer distintos planes con distintas personas, por impulso hubiera elegido las que fuera, pero me he puesto a pensar 2 segundos más y lo que realmente quería era mi sofá y a mi madre al mismo tiempo y así fue y me sentí mejor, estoy dejando que poco a poco muera la mujer que no me escucha, la mujer que no va en sintonía conmigo y dejar que nazca lo que tiene que nacer y dejar que muera lo que tiene que morir.

Florecer y nacer cada que me apetezca.

Me gusta la idea tomar un respiro y girar mi cabeza hacia dentro y mirar por segundos lo que hay dentro y sacarla de nuevo y decir “si eso quiero” o no “eso no lo necesito” me gusta como estar más cerca de mí y saber con claridad lo que me hace bien. Sentir que quiere esa y esa y aquella parte de mí. Darles un poco más de atención y que cada parte que me forma, se sienta bien viviendo dentro de mí.

Necesito más días así y continuar aprendiendo a aprender de mi misma.

Hacer cosas distintas me está ayudando, estoy sin té negro desde hace una semana y ya no me hace falta, mi ansiedad también está profundizando y aprendiendo a ser de otra forma.

Hoy no fui a un bazar porque no lo quiero ni necesito, hoy no comí 6 veces porque tampoco lo necesito, hoy me levante y no mire el celular porque no lo necesito, y así… cada día me siento como más con mi Yo interior.

¿Y Paco? Como siempre ya lo sabía. Solo me mira como dándome un abrazo y también en voz baja me dice, “Que bueno que te estás dando cuenta”.

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