Aún no soy pintor, ni lo pretendo, hoy solo soy tierra de colores en busca de formas y de contenidos que sean útiles para los que aún observan.
La historia de los pueblos tiene una voz que está muriendo, agoniza ante nuestra mirada muda, nuestros pueblos no sólo han perdido su voz, poco a poco también han ido perdiendo su identidad y sus recuerdos. Hoy ya nadie sabe ver, hoy en estos días ya nadie sabe nada. El campo está totalmente en abandono. El maíz, el maguey y el nopal, poco a poco van desapareciendo del paisaje. Urge buscar un nuevo lenguaje que nos permita devolverle al paisaje y a los pueblos su riqueza. Las artes serán siempre imprescindibles para tal propósito. Mi trabajo surge quizá como una utopía, quizá sea sólo un sueño irrealizable...pero la flecha ya apunta y va con firmeza zumbando hacia una dirección.
¿Dónde están los artistas que a diario trabajan ocultos la belleza? ¿Dónde están los artistas a los que les han quitado las calles?...y dónde están las calles que serán los escenarios en donde el hombre común y sin recursos podrá apreciar a los artistas trabajar? ¿Dónde están los aprendices de pintor, de escultor, de músico, de actor, de poeta? ¿Dónde está el color, dónde está la forma, el canto...el poema? Las calles hoy son escenarios de violencia y de pobreza. Las calles nos han sido arrebatadas por los mercaderes. Los niños sólo aprenden lo que ven, por eso ya no cantan, por eso ya no sueñan, por eso están muriendo desde niños...
"Pobre del cantor de nuestros días, que no arriesgó su cuerda, por no arriesgar su vida...pobre del cantor que nunca sepa, que fuimos la semilla y hoy somos esta vida"... —decía una canción—
Como les iba diciendo, aún no soy pintor, ni soy artista, pero sé que hay muchos pueblos naufragando en el olvido, naufragando en el silencio, naufragando en la pobreza, y perdiendo su voz. Y sé que hay un niño en todo pueblo que ya no sabe lo que es una semilla, y sé que sin semilla, jamás habrá una flor...