Matavenero, podría ser para muchos un pueblo fantasma, que quedo abonado a finales de 1960. En el valle del bierzo( castilla y león, España)
Pero gracias a un increíble proyecto, encaminado hacia el respeto y cuidado al medio ambiente, creado por Uli un hombre alemán que llevo a cabo la creación de un grupo de gente alternativa de varios países del mundo. Con la finalidad de escapar de una rutina consumista y veloz que atrapa a miles de personas en las grandes ciudades, y con el afán de establecer una comunidad autónoma para construir una vida particular. Llegaron en 1989 a este pueblo diminuto, después de una larga búsqueda entre varias comunidades abandonas y con la espera de encontrar aquella que pudiera ofrecerles las necesidades básicas para subsistir. Es así, como 28 años después han logrado establecerse, dentro de lo inhóspito del valle del bierzo en España.
Este pequeño pueblo se ha transformado en una ecoaldea en la cual habitan más de 60 personas de distintas nacionalidades del mundo, entre ellas: españoles, alemanes, holandeses, brasileños, belgas, franceses, austriacos, suecos, entre otros más.
Los habitantes cuentan con servicios básicos que la naturaleza les ha otorgado durante todos estos años, viven en casas construidas por ellos mismos con materiales reciclados, y fomentan el autoconsumo de productos que realizan cada temporada con la construcción de sus huertos. Además han construido un pequeño domo en donde llevan a cabo distintos eventos culturales que los mismos habitantes realizan con el fin de crear una sana convivencia.
También crearon sus propia “escuela libre” como ellos lo llaman, una educación impartida por los mismos habitantes o algunos voluntarios que desean compartir sus conocimientos con los más pequeños. Cabe mencionar que muchos de ellos pueden continuar su educación en las escuelas más cercanas de la comunidad.
Uli, define la ecoaldea como un espacio colectivo que busca un contacto respetuoso con la naturaleza, y el entorno. Capaz de generar impactos positivos y menos contaminación en el ambiente. De esta forma, habla sobre las fuentes económicas importantes para la aldea, ya que existen artesanos que venden sus artesanías en distintos lugares, así como gente que trabaja en la producción y exportación de castañas y además existen distintas profesiones entre los que destacan: músicos, apicultores, panaderos, entre otros. Lo cual permite el intercambio de productos y mantiene activa la economía de la aldea, aunque menciona que algunas veces es necesario comprar cosas fuera de la comunidad.
También destaca que matavenero es un lugar para todos. Está abierto para los ojos del mundo, abre siempre sus puertas a las personas que deseen conocer un poco más sobre esta peculiar aldea. De la mano con la asociación kilómetro 28 ofrecen distintas charlas sobre este estilo de vida alternativo, así como medicina natural y como tratar la tierra, entre otras prácticas que favorecen la coexistencia del ser humano en el planeta.
Sin duda, matavenero nos muestra un camino de armonía y solidaridad que permite la colectividad entre cada uno de los seres vivos que habitamos este planeta.
Nuestra experiencia viviendo durante algunos días en este increíble lugar, nos abrió un camino de esperanza para construir un “minimundo” capaz de albergar nuestros más profundos deseos de crear paz y unión para enriquecer la coexistencia entre la humanidad y la naturaleza.